La larga espera

12 de enero de 2011

Normalmente la duración de un embarazo es de 280 días o 40 semanas, que se cuentan desde la fecha de la última menstruación.
El desarrollo comienza con la fecundación, es decir la unión del óvulo y el espermatozoide la cual tiene lugar en el interior de la trompa de Falopio. La unión da lugar a la formación de una estructura que recibe el nombre de cigoto. El cigoto se dividirá progresivamente (proceso de segmentación) y al final de la primera semana se anclará a la pared uterina. Si el cigoto se uniera a un lugar distinto hablamos de un embarazo ectópico.
A partir del tercer mes el embrión recibe el nombre de feto. En este mes ya sería posible determinar el sexo del bebé ya que los genitales están desarrollados.
Entre la tercera y la octava semana de desarrollo se formarán los órganos e irán apareciendo los principales caracteres del cuerpo. Entre el día 36 y el 42, por ejemplo, se forma el pabellón de la oreja y, entre el día 50 y el 56 los dedos de las manos y los pies se separan.
En el cuarto y quinto mes la longitud del feto es apróximadamente la mitad de lo que será al nacer. Se pueden distinguir las cejas y el pelo. En el quinto mes la madre puede percibir los movimientos del feto.
Durante el sexto mes la piel es rojiza y arrugada.
Si el feto nace después de las 28 semanas la supervivencia será posible, aunque con dificultades.
Cuando se cumplen los 9 meses el feto está preparado para el nacimiento. El peso del bebé al nacer es de 3000 a 3400 gramos y su longitud de más o menos 36 centímetros.



 



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